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Mucho se ha hablado, más bien criticado, la subida del IVA cultural hasta el 21%, haciendo inviable la supervivencia de la misma dado su elevado coste. Todos los sectores culturales han notado como han bajado sus ingresos y, en consecuencia, sus espectadores por esta causa. Las salas de cine no se llenan, los teatros tampoco, los conciertos están semi vacíos, las ventas físicas de discos y DVDs desciende, los museos se vacían… Muchas personas han tenido que abandonar estos “caprichos” para poder destinar su economía a cosas más necesarias, como son los alimentos o pagar la hipoteca. Incluso personas que podrían permitirse el lujo de ir una vez al mes a alguno de estos espectáculos, en muchos casos, lo omiten. Mejor guardar el dinero para cosas más urgentes…
Por todos estos motivos, y muchos otros, los promotores y responsables de las salas de Euskadi dedicadas a ofrecer conciertos han lanzado una sorprendente iniciativa: el día sin música. De este modo, el próximo 20 de mayo los escenarios españoles se quedarán vacíos para protestar contra el “ivazo” cultural. Con esta iniciativa se busca que «todas las fuerzas sociales, particulares y empresas alcen su voz pidiendo un impuesto justo y razonable para la música».
Entre los convocantes se encuentran la Asociación de Promotores Musicales (APM), reivindicando la bajado del IVA cultural al 4%. En Euskadi los convocantes de esta protesta son: La Asociación de la Industria Musical Vasca (MIE) y la Asociación de Salas Privadas de Música en Directo de Eukal Herria (Kultura Live). Según han explicado los concovcantes, la organización de este día sin música tiene un valor más que simbólico, pues se ha conseguido aunar a un sector desunido y con diversas plataformas en una misma lucha: la bajada del IVA cultural. En el manifiesto leído durante la rueda de prensa convocada para revelar estas medidas, las promotoras vascas han resaltado: «el carácter universal de la música como una de las formas de expresión más antiguas», su estatus como «patrimonio cultural de todos los ciudadanos» y «la aportación social y cultural» de los grandes conciertos.
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