PROFANAN LA TUMBA DE UN POLICÍA Y DE UN GUARDIA CIVIL QUE FUERON ASESINADOS POR ETA

Los operarios del cementerio de la localidad de Moncada, a escasos kilómetros de Valencia, descubrieron este miércoles, en pleno estado de alarma por el coronavirus, que dos de las tumbas del camposanto habían sido profanadas. En concreto, las de un guardia civil y un agente de la Policía Nacional asesinados en 1984. Los macabros hechos, se produjeron el pasado fin de semana y los investigadores que se han hecho cargo del caso los atribuyen a un ritual de vudú.

Los trabajadores del cementerio se encontraron con esta situación de manera totalmente casual, ya que los autores volvieron a colocar los ataúdes en el nicho para no dejar rastro, según Levante-EMV. Al parecer, se dejaron una losa mal puesta y gracias a eso los trabajadores descubrieron los hechos. Inmediatamente después llamaron a la Guardia Civil, que envió al grupo de Homicidios y al de Criminalística.

En el exterior de uno de los nichos había dibujado un símbolo satánico con la sangre de las gallinas decapitadas por encima. Los agentes sospechan que en el ritual participaron varias personas y que consumieron un licor casero típico de este tipo de celebraciones de magia negra. Sospechan que los participantes de este macabro hecho conocían bastante bien el cementerio, ya que sabían por dónde entrar sin ser vistos y también que en las tumbas profanadas sólo había la persona que buscaban, sin familiares.

Los cadáveres pertenecen a Agustín Gómez Pérez, Cabo Primero de la Benemérita, que fue asesinado por unos atracadores en enero 1986 y al Policía Nacional Juan José Visiedo, que murió a manos de la banda terrorista ETA en un atentado perpetrado en Pamplona el 13 abril, tres meses después que Agustín. El agente, natural de Melilla y que tenía 26 años cuando fue asesinado, fue enterrado en Moncada, donde su padre era jefe de la Policía Local.

Mientras, Agustín Gómez Pérez fue asesinado junto a dos compañeros del cuartel de la Guardia Civil de Moncada, también enterrados en el cementerio del municipio. El crimen fue obra de unos delincuentes comunes. Actualmente se mantiene cerrado por el estado de alarma impuesto por el Covid-19.