ISLANDIA EMPEZARÁ A DEJAR ENTRAR TURISTAS CON UN TEST Y SIN CUARENTENA

El Gobierno de Islandia, intentando salvar la temporada turística, ha decidido abrir sus fronteras a partir del 15 de junio y permitir la entrada de todos los viajeros, también los que procedan fuera de la Unión Europea. Para garantizar que están libres de coronavirus deberán mostrar un certificado válido o hacerse un test de detección al llegar al aeropuerto, y si el resultado es negativo, podrán ahorrarse las dos semanas de cuarentena obligatorias.

Sin embargo, el Gobierno no ha especificado quién asumirá el coste de los tests. Se desconoce si el dinero saldrá de las finanzas públicas o de los bolsillos de los propios viajeros. Además de la prueba a la llegada, las autoridades han dicho que probablemente requerirán descargar y utilizar la aplicación oficial de rastreo del virus, que ya usa el 40% de la población y que ayuda a contener su propagación cuando se conocen nuevos contagios.

«La estrategia de Islandia de tests a gran escala, rastreo y aislamiento ha sido efectiva hasta ahora, y queremos basarnos en esto para crear un lugar seguro para quienes quieran un cambio de escenario después de una primavera difícil para todos«, dijo la ministra de Turismo, Thordis Kolbrun Reyk­fjord Gylfadottir.

Desde el 20 de marzo, los extranjeros no europeos tienen prohibida la entrada a Islandia –excepto si demuestran un motivo de fuerza mayor-, una prohibición que afecta a su principal mercado emisor, Estados Unidos, de donde procedió más del 23% de los dos millones de turistas que llegaron el año pasado. El Gobierno se da un mes de margen para garantizar que tiene tests para todos los visitantes, aunque a partir de este viernes ya relajará las restricciones de entrada para ciertos colectivos, como científicos, deportistas y productores de audiovisuales.

El sector turístico aporta un 9% del PIB y ha recibido con satisfacción el anuncio de la apertura de fronteras, aunque queda una gran incertidumbre: la viabilidad de Icelandair, la mayor aerolínea del país. La epidemia ha hundido a la compañía en una crisis que podría acabar en una quiebra.

Beatriz Díaz del Pozo