CRECE LA TENSIÓN Y LA VIOLENCIA EN LAS PROTESTAS RACIALES EN MINNEAPOLIS

La rabia aumenta en Minneapolis en la tercera noche de protestas por la muerte de George Floyd, ciudadano negro, a manos de la Policía. Los manifestantes han incendiado la noche del jueves una comisaría de policía de policía y el gobernador ha movilizado a 500 efectivos de la Guardia Nacional, cuyo objetivo es escoltar al cuerpo de bomberos para que puedan extinguir las llamas.

Miles de personas han sido testigos del incendio de la comisaría en la zona norte de la ciudad después de que algunos manifestantes derribaran las barreras que protegían el edificio y rompieran las ventanas. Según las autoridades, los agentes fueron evacuados antes del incendio. «Poco después de las 22.00 h, en interés de la seguridad de nuestro personal, la policía de Minneapolis ha evacuado la comisaría de policía», informa el cuerpo en un comunicado.

Las autoridades han decidido enviar refuerzos a Minneapolis para contener la violencia después de dos días de enfrentamientos entre la policía y los manifestantes. La muerte el lunes de George Floys ha creado una oleada de indignación tras una serie de muertes en la comunidad afroamericana en intervenciones policiales.

Sin embargo, tras los saqueos y la quema de tiendas en la noche del miércoles, los funcionarios estatales han advertido que no tolerarían más desmanes, al tiempo que han asegurado que se está investigando el caso.

El gobernador de Minnesota ha firmado un decreto para autorizar la intervención de la Guardia Nacional y 500 efectivos se encuentran ya sobre el terreno.

«La muerte de George Floyd debe generar justicia y reformas fundamentales, no más muertes y destrucción«, ha pedido el gobernador en un comunicado, mientras la violencia de las protestas no ha parado de crecer.

El afroestadounidense de 46 años murió el lunes por la noche tras ser detenido por la policía, que sospechaba que había querido falsificar un billete de 20 dólares. Durante la intervención, un oficial lo mantuvo en el suelo presionando su rodilla sobre su cuello durante varios minutos. El hombre indicó, en múltiples ocasiones, que no podía respirar. Sin embargo, el policía no dejó de ejercer presión. Tras quedar inmóvil, fue trasladado al hospital, donde sólo pudieron certificar su muerte.

Beatriz Díaz del Pozo