HALLOWEEN TIENE ORIGEN CÉLTICO ANTIGUO

La Víspera de Todos los Santos, conocida con el término inglés Halloween (combinación de «All Hallow’s Eve»), es una festividad occidental acaecida el 31 de octubre. Es especialmente popular en Estados Unidos, desde donde se ha internacionalizado a partir del siglo XX. Aun así, el primer antecedente de Halloween se encuentra mucho más remoto, concretamente en la cultura celta que imperó en buena parte de la antigua Europa, dejando vestigios en diversas partes del continente hasta el presente.

Los celtas tenían la tradición de celebrar el Samhain, el fin de la época estival y de sus grandes cosechas, un acontecimiento fijado en la noche que transcurre entre el último día de octubre y el primero de noviembre (el mes de Samonios para los celtas), ya que esa fecha significaba el comienzo de la mitad oscura del año. Con el paso del tiempo, las culturas dominantes acabarían considerando en cierto modo el Samhain aplicándole similitudes para una celebración anual; el caso más destacado sería la celebración de Todos los Santos en la cristiandad.

La mitología celta tuvo una especial repercusión en esta tradición, pues en el inicio del año iluminado y el comienzo del oscuro consideraban que debían lidiar con sus antepasados muertos, espíritus que podían ser buenos o malos. Los espíritus buenos tenían ocasión de volver a ver a sus parientes vivos, mientras que a los malos había que ahuyentarlos, para lo que las familias depositaban alimentos en las puertas de sus hogares; de ahí vendría el típico «truco o trato».

Esta tradición fue mantenida aunque con dificultades serias como las invasiones del Imperio romano y de los pueblos bárbaros. De esta forma, la mayoría de los celtas, junto con su cultura, sobrevivieron en la isla de Irlanda y Escocia, que nunca fueron dominios romanos. Es por ello que buena parte de las tradiciones celtas más antiguas se han conservado particularmente en ambas regiones, lo cual sería trascendente para épocas posteriores.

Una costumbre del Samhain era vaciar un nabo o calabaza gigante y colocarle una vela, convirtiéndola en el símbolo de dicha festividad, que para los cristianos romanos y medievales fue considerada un paganismo peligroso. Sería el posterior movimiento neopagano lo que permitiría difundir las creencias célticas. Lo que popularmente se conoce como Halloween, es decir, la noche de brujas, las tinieblas y los muertos, empezó a cobrar forma en el siglo XIX debido a la inmigración irlandesa en Estados Unidos y Canadá.

Estos inmigrantes dieron a conocer el Samhain con una importante inspiración en la Gran Hambruna que sufrió Irlanda entre 1845 y 1849. La fiesta empezó a celebrarse masivamente desde 1921, cuando se celebró el primer desfile de Halloween en Minnesota y los demás Estados Unidos siguieron el ejemplo, dando lugar a los objetos como la comida típica (calabaza y manzana caramelizada sobre todo) y disfraces de seres relacionados con la muerte que representan actualmente la Víspera de Muertos. El cine y la televisión permitirían una mayor difusión global de la celebración en los años setenta y ochenta.