EL GOBIERNO FRANCÉS APUESTA POR LA DIGITALIZACIÓN DEL PEQUEÑO COMERCIO TRAS LAS PÉRDIDAS DE LA PANDEMIA

Francia incentiva las ventas online con ayudas al pequeño comercio después de que el Gobierno decretara el confinamiento domiciliario y el cierre de tiendas.

El cierre de bares, restaurantes, y comercios ¨no esenciales¨ en Francia ha sido una de las medidas tomadas por el presidente francés, Emmanuel Macron, para frenar la segunda ola del coronavirus. Aunque en un principio se habló de una futura evaluación para reabrir ciertos comercios, se estima que las medidas, en las que se incluye el confinamiento domiciliario se alarguen hasta el 1 de diciembre, que se valorará su apertura con el fin de salvar las compras navideñas.

De este modo, el Gobierno francés dotará de ayudas a las micro-empresas con el objetivo de acelerar la digitalización de las mismas, ya que sólo una tercera parte cuenta con página web. Esto significa que aquellas que no disponen de plataformas online, se quedarían al margen de las ventas, generando grandes pérdidas en un sector que está siendo fuertemente azotado por la pandemia.

Los ayuntamientos podrán optar así a ayudas de 20.000 euros destinados a la creación de plataformas locales de comercio electrónico. A esta exención se le puede sumar también una subvención de 40.000 euros durante dos años para desplegar ofertas formativas. Ciudades como Angers, Evreux, Niza o Châlons-en-Champagne ya se han unido a la creación de este tipo de portales.

El Fondo de Solidaridad estaba destinado en un principio a empresas del sector cultural, turístico o deportivo, pero viendo el impacto económico de la crisis sanitaria, se amplió a otras igualmente afectadas. Es por ello que a partir de enero los comerciantes que hayan creado una plataforma online, adquirido un software, o un servicio de soporte serán ¨premiados¨ con un cheque digital de un importe máximo de 500 euros.

Esta nueva medida puede suponer un coste total de alrededor de 60 millones de euros, no obstante el Gobierno francés estima beneficiar a 120.000 empresas que habían quedado desamparadas con la llegada de la COVID-19.