PORTUGAL SOBREVIVIÓ A LAS TURBULENCIAS

Portugal es un país que se ha beneficiado particularmente de su proximidad atlántica para avanzar a lo largo de la historia, con un poderoso prestigio entre los siglos XV y XVI que decrecería a favor de otros países europeos. La zona de Portugal quedó establecida políticamente por primera vez con la provincia romana de Lusitania, en la que se fundaron las primeras ciudades como Olissipo (Lisboa), que desde el año 1255 sería la capital portuguesa. Tras las invasiones bárbaras (siglo V) y musulmana (siglo VIII), el reino astur-leonés se fue expandiendo por la península Ibérica, ocupando su noroeste.

Sería en este primer reino cristiano español donde aparecerían los dos Condados Portucalenses. Uno de ellos fue creado por el caudillo Vímara Pérez en el territorio de Portus Cale (Oporto), que en 1071 fue cedido al señorío de Galicia dependiente del reino de León. El segundo condado se estableció en torno a Coímbra y Alfonso VI de León se lo entregó a su yerno Enrique de Borgoña por su apoyo en la Reconquista. La exitosa nueva política militar del condado de Enrique hizo que la autonomía que poseía desde hacía tiempo derivara en un mayor afán por la independencia.

Afonso Henriques, hijo y sucesor de Enrique, había alcanzado fama rápidamente como caballero y se enfrentó a su madre, la ex regente Teresa de León, pues ambos representaban, respectivamente, al pueblo portucalense y a la nobleza gallega con intereses contrapuestos. Tras imponerse sobre Teresa y Alfonso VII de León y Castilla, Afonso fue coronado rey de Portugal en Guimarães en 1139, hecho reconocido en el Tratado de Zamora; por eso se considera a Guimarães la cuna de la nación lusa, cuyo emblema siempre serían los cinco escudos que simbolizan la historia temprana del país y que serían representados en diferentes banderas.

Cabe mencionar la bandera del fondo blanco en la época de prosperidad del reino y su imperio colonial y la de las franjas verde y roja para la república que se estableció en 1910. Una vez independiente, Portugal prosiguió la Reconquista hasta apropiarse del extremo meridional del Algarve en 1249. Tuvo varios enfrentamientos con la vecina corona de Castilla y la unión de la casa reinante Avís de Portugal con la casa Lancaster de Inglaterra aseguró su independencia y su alianza permanente con los británicos, sellada en 1373. Es un tratado que se ha tenido en cuenta en la historia bélica desde la Guerra de los Cien Años.

El país luso puso en marcha muy pronto la exploración y los descubrimientos en ultramar, conquistando las islas Madeira y Azores y circunnavegando África para establecer dominios en Cabo Verde, Guinea, Angola, Mozambique, la Goa india, Macao y Timor, hasta ocupar la zona de Brasil. Fue un periodo muy complejo, muy grave para el pueblo portugués cuando Felipe II impuso la soberanía de España sobre toda la península Ibérica desde 1580 hasta 1640, periodo enmarcado por la guerra de sucesión y la de restauración. A pesar de dificultades de este tipo, a las que se debe sumar las dictaduras posteriores a la consolidación de la república y el predominio del sector agrario en su economía, Portugal es un país muy rico en cultura y posee algunas de las costas más preferidas de Europa.

En resumen, la iniciativa de Afonso Henriques, la unión Avís-Lancaster y el emprendimiento naval fueron los hechos cruciales para que Portugal se mantuviera como un país. Si alguno de estos factores no se hubiera producido o hubieran fracasado en el intento, Portugal no hubiera sido lo que ha llegado a ser. En tal caso, bien podría haberse encontrado indefenso ante Castilla, a merced de muchos enemigos extranjeros tanto en Europa como en el mundo que exploró por los mares; el enorme patrimonio que impresiona a sus turistas no hubiese alcanzado tal valor, puede que hasta los enemigos del pasado lo hubiesen erradicado. Por suerte, Portugal supo valerse de la estrategia y logró resistir en épocas muy turbulentas vividas desde su nacimiento.