DESCUBREN CRIATURAS EXTRAÑAS EN LA ANTÁRTIDA… ¡BAJO EL HIELO!

Una especie que nunca antes había encontrado ningún ser humano ha sido hallada bajo el hielo de la Antártida. Unos animales similares a las esponjas, estacionarios y que se encontraban adheridos a una roca.

Este descubrimiento se ha producido de forma casual, ya que el objetivo de la expedición en el hielo de la Antártida nada tenía que ver con encontrar nuevas especies. La idea principal de esta perforación era recolectar muestras de sedimentos. Primeramente, impactaron contra una roca marina, y además se dieron cuenta de que esta roca estaba llena de organismos con vida. De hecho, este hallazgo va en contra de las teorías que afirman que es casi imposible que hubiese vida bajo las grandes placas de hielo de la Antártida.

Ha sido a 260 kilómetros hacia abajo, en completa oscuridad y con una temperatura de -2,2 ºC. Hasta este nuevo descubrimiento no se han observado animales que pudieran sobrevivir en estas condiciones.  

“Este hallazgo es uno de esos afortunados accidentes que empuja a las ideas hacia caminos diferentes, mostrándonos que la vida marina antártica es increíblemente especial y sorprendentemente adaptada a un mundo helado”, asegura el bio geógrafo Huw Griffiths, del British Antartic Survey, el principal autor del estudio en el que se ha publicado este descubrimiento.

AHORA TODO ES UNA INCÓGNITA Y COMIENZA LA INVESTIGACIÓN

Griffiths, el biogeógrafo y autor principal del estudio, segura que ahora se abre un plan de investigación para contestar a las preguntas que están en el aire: “Nuestro descubrimiento plantea muchas más preguntas de las que responde, por ejemplo, ¿cómo llegaron allí? ¿Qué están comiendo? ¿Cuánto tiempo han estado allí? ¿Cómo de comunes son estos cantos rodados cubiertos en la vida? ¿Son estas las mismas especies que vemos afuera en la plataforma de hielo o son especies nuevas? ¿Y qué pasaría con estas comunidades si la plataforma de hielo colapsara? «

La Antártida es uno de los hábitats más inexplorados del mundo entero. Son más de 1,5 millones de kilómetros cuadrados los que cubren la superficie con placas de hielo, y solamente se ha estudiado una extensión similar a un campo de fútbol (mediante perforaciones).

Esther González González