TWITTER CIERRA LA CUENTA DE LA NEONAZI QUE HOMENAJEÓ A LA DIVISIÓN AZUL

Isabel Peralta es una joven de 18 años que tomó el micrófono en la manifestación neonazi, celebrada en Madrid el pasado 13 de febrero. Su discurso giraba entorno a la idea de que «el enemigo es el judío».

Sus palabras se hicieron virales, muchos usuarios no daban crédito a lo que oían y criticaban a la joven antisemita por frases como «Es nuestra suprema obligación luchar por España, luchar por Europa, ahora débil y liquidada por el enemigo. El enemigo siempre va a ser el mismo, aunque con distintas máscaras: el judío.» 

Su discurso formó parte de un homenaje a la División Azul, una división de infantería que participó en la Segunda Guerra Mundial de la mano del ejército nazi alemán bajo las órdenes de Adolf Hitler. Fue convocada por Juventud Patriota con motivo del 78 aniversario de Krasny Bor, una batalla en la que participó el ejército homenajeado.

Twitter ha suspendido la cuenta de Isabel por incumplir sus normas. La joven neonazi, que se define a sí misma como «fascista y socialista», creó su cuenta de Twitter en 2019. Sus tuits estaban plagados de contenido racista, homófobo y antisemita, y retuiteaba publicaciones de las cuentas de Juventudes Falangistas de España. Manifestaba abiertamente su odio contra los judíos y negaba el Holocausto. También estaba en contra del movimiento feminista y era gordófoba, criticando a las personas con ‘sobrepeso’, alegando que se debería volver al fomento del deporte que llevaban a cabo los líderes fascistas.

Tras la publicación en redes de su polémico vídeo, la joven admite no sentirse arrepentida de nada, de hecho se siente orgullosa de sus ideales, pese a que, según ha contado, le han costado el rechazo por parte de su entorno más cercano.

Después de que Twitter tomara medidas al respecto, la fiscalía ha anunciado que investigará las actitudes antisemitas de la manifestación. La Federación de Comunidades Judías de España ha pedido que se investigue si detrás del discurso de Isabel Peralta y de la organización de la manifestación se ‘esconde’ un delito de odio.

María Gil Menéndez