¿SOMOS MÁS RACISTAS DE LO QUE PENSAMOS?

El Ministerio de Igualdad en colaboración con CEDRE, Consejo para la Eliminación de la Discriminación Racial o Étnica, han publicado el Estudio sobre la percepción de la discriminación por origen racial o étnico por parte de sus potenciales víctimas.

El estudio se basa en los resultados obtenidos gracias a 1.600 encuestas realizadas entre ocho grupos de población: población gitana española, magrebí, asiática del este, indo-pakistaní, Europa del este, andina, África no mediterránea y afrodescendientes, entre los que se incluyen las poblaciones afrolatina y afrocaribeña.

El resultado principal de estas encuestas es que el 51,8% de los participantes manifiesta haberse sentido discriminado durante el último año. 

Las encuestas describían distintas situaciones y los encuestados debían responder según el grado de identificación que experimentaban con cada cuestión.

En el ámbito de la vivienda casi el 31% de los participantes se habían sentido discriminados, mientras que los datos obtenidos en 2013 mostraban un 15,9%, es decir, el racismo en torno a la vivienda ha crecido un 15% en los últimos 8 años. “Las personas de los colectivos que indican no haber vivido tales experiencias sí mencionan que es un tipo de discriminación que está presente en su círculo relacional cercano”

No se sigue esta tendencia ascendente en el ámbito laboral. Si bien en 2013 el 34% de los encuestados se habían sentido discriminados en este aspecto, este año es el 25.8%.

Respecto a la atención recibida dentro de un centro médico, el 12% de los encuestados han percibido actitudes racistas, un 3% más que en 2013.

El 18,7% de los participantes admited haber experimentado discriminación en el trato policial, un descendo del 10% desde 2013. Sí ha crecido el porcentaje de discriminación en el contexto del sistema educativo, ya sea siendo estudiantes o teniendo hijos que estudien en España, llegando al 20,10%, respecto al 13% de 2013.

El 8% se ha sentido discriminado en su trato con las administraciones públicas locales y el 30,5% ha percibido discriminación en establecimientos y espacios públicos, así como en el acceso a bienes y servicios.

En todos estos ámbitos se comparten los mismos comportamientos por parte de los grupos discriminadores y racistas, como el trato despectivo, la desigualdad, la violencia verbal, actitudes irrespetuosas, marginación y rechazo.

Las principales consecuencias derivadas de las experiencias de discriminación que han vivido los encuestados incluyen sentimientos como la tristeza, la desconfianza, la rabia, ira, indignación, enfado e incluso llegan a generar depresión y trastornos psicológicos.

Muchos de los participantes (27%) admitían haber llegado a un punto en el que sentían indiferencia hacia las actitudes racistas en España y para algunos, afrontar las situaciones de discriminación suponía una reafirmación y fortalecimiento de su identidad para hacerse valer y respetar.

María Gil Menéndez