MILES DE AUSTRALIANOS SE MANIFIESTAN EN CONTRA DE LOS ABUSOS SEXUALES Y EXIGIR JUSTICIA PARA LAS VÍCTIMAS

El pasado lunes 15 de marzo, ha sido un día marcado por manifestaciones agrupando a miles de personas contra el abuso  y acoso sexual. También los manifestantes han recordado la desigualdad de género, y el techo de cristal que se ve las cúpulas del Gobierno australiano.

Han sido más de 40, en las que la principal ha sido frente a la sede del legislativo en Canberra, denunciando el caso de la exasesora gubernamental del Partido Liberal, Brittany Higgins, denunció en febrero un presunto abuso por parte de un excompañero dentro del Parlamento.

Según Higgins, en 2019 sufrió una violación por parte del fiscal general Christian Porter, y en la que se ven otras víctimas involucradas, pero de identidades desconocidas. Evidentemente tras la denuncia se abrió una investigación, llevada por la policía de Nueva Gales del Sur, en la que el fiscal general asegurado ser inocente de los cargos además de una posterior demanda hacia Higgins por difamación. el caso fue cerrado hace dos semanas por falta de pruebas, pero debido a la policitación y la fama del caso diversos sectores han pedido que se realice una investigación independiente a la vía legal.

El primer ministro australiano Scott Morrison apoyado al fiscal general, como también Reynolds la cual declaró que se trata de acusaciones totalmente falsas, además de llamar a Higgins “vaca mentirosa”.

Debido a todo este escándalo miles de personas sobre todo mujeres han salido con pancartas a la calle bajo la etiqueta de #March4justice (marcha por la justicia) o “ENOUGH is ENOUGH” (suficiente es suficiente).

TESTIMONIO DE BRITTANY HIGGINS

«Fui violada dentro del Parlamento por un compañero y durante mucho tiempo tuve la sensación de que a la gente que me rodeaba no le importaba lo que ocurría por lo que pudiera significar para ellos», ha dicho Higgins, que también ha denunciado el trato que ha recibido después de hacer público los presuntos abusos. «No creo que la gente deba ser aislada, intimidada e ignorada después de incidentes traumáticos dentro del lugar de trabajo. Conté mi historia para, con suerte, proteger a otras mujeres», ha declarado Higgins al remarcar que de mantener silencio «me habría hecho cómplice».

«Observé cómo el primer ministro de Australia me pedía disculpas públicamente a través de los medios de comunicación, mientras que en privado el equipo mediático socavaba y desacreditaba activamente a mis seres queridos», ha acusado Higgins. Por su parte, Morrison ha declarado no tener constancia de ello y ha asegurado que «nunca ordenaría que se hiciese eso».