MUERE DICK HOYT, BRILLANTE EJEMPLO DE SUPERACIÓN

El corredor Dick Hoyt, que se hizo famoso en el Maratón de Boston por empujar a su hijo Rick en silla de ruedas durante 32 ediciones de la mítica carrera, ha muerto este pasado 17 de marzo. Dick tenía 80 años, y ha fallecido mientras dormía tras sufrir algunos problemas de salud.

Tras su primera carrera juntos desde Hopkinton (Massachusetts) hasta la calle Boylston de Boston en 1980, los Hoyt se hicieron famosos en Estados Unidos y fuera del continente americano por sus hazañas atléticas, y juntos inspiraron a miles de personas con discapacidad y a sus familias alrededor de todo el mundo.

Rick Hoyt, que ahora tiene 59 años, nació con una grave parálisis cerebral después de que su cerebro no recibiera oxígeno durante su nacimiento. No puede hablar y su cabeza y sus rodillas son las únicas partes de su cuerpo que puede mover voluntariamente. Comunicándose con la ayuda de un ordenador especial, Rick le dijo a su padre en 1977 que quería que hicieran juntos una carrera de cinco millas en Westfield, Massachusetts.

Después de la carrera, Rick le dijo a su padre: «Papá, cuando corro, siento que no soy una persona discapacitada«. Esas palabras lo cambiaron todo, desencadenaron su serie de hazañas atléticas. Hicieron cientos de carreras de resistencia, desde maratones hasta seis triatlones Ironman.

Ambos llegaron a fundar la Fundación Hoyt en 1989 para ayudar a los jóvenes con discapacidades en todas las facetas de la vida cotidiana, incluido el deporte.  A pesar de que el equipo Hoyt haya sido inspirador para muchos, esa nunca fue la intención de Dick, él lo hacía por estar con su hijo, y hacer algo bueno con él y para él.

Laura Carbonell Cánovas