16 NADADORAS PIDEN LA EXPULSIÓN DE SU COMPAÑERA TRANSGÉNERO, LIA THOMAS

Varias nadadoras en una piscina | (CC BY-ND 2.0)

Aseguran que su compañera Lia Thomas tiene ventajas competitivas, biológicamente hablando, por lo que piden que no se le permita competir

Dieciséis nadadoras del equipo femenino de natación de la Universidad de Pensilvania han enviado una carta a la escuela y a las autoridades de la Ivy League, liga universitaria de Estados Unidos, en contra de la participación en competiciones de Lia Thomas, su compañera de equipo transgénero. 

También piden que no se emprendan acciones legales contra la NCAA (Asociación Nacional Deportiva Universitaria) si esta adopta una política que prohíba a Thomas competir porque aseguran que ella está quitando “oportunidades competitivas” a otros miembros del equipo.  

Aunque aseguran que quieren expresar su total apoyo a Lia en su transición. “La valoramos como persona, compañera de equipo y amiga”, pero enseguida empiezan los reproches y las faltas. “Aunque Lia se cubre a veces con una toalla, sigue estando bastante desnuda. Algunas no hemos podido evitar verle los genitales y parece como si a ella no le importase cómo nos podemos sentir cualquiera de nosotras”. 

La carta ha sido redactada por Nancy Hogshead-Makar, ex nadadora olímpica, quien dice hacerlo en nombre de 16 nadadoras de Pennsylvania. Estas nadadoras prefieren no dar su nombre por miedo, ya que temen que haya represalias. “Se nos ha dicho que si hablamos en contra de su inclusión en las competiciones femeninas, seríamos eliminadas del equipo o que nunca tendríamos trabajo”, aseguran. 

Hogshead-Makar expresa que quería ayudar a las chicas a contar lo que, según ellas, no pueden decir públicamente por las represalias “Lo que más les preocupa es que la dirección se centre en Lia y no en los otros 40 miembros del equipo”, dijo. Según Hogshead-Makar, que no ha recibido una respuesta, “los padres de los nadadores de otros equipos de la Ivy League se han puesto en contacto para pedir ayuda para escribir una carta similar”.

Lia tiene 22 años y es una mujer transgénero. Sus marcas en los últimos tiempos están provocando mucha polémica en Estados Unidos, pero también en todo el deporte. Lleva más de dos años en terapia hormonal de género. La carta de las nadadoras asegura que no es contra ella ni contra su decisión de cambiar de género. “Apoyamos plenamente a Lia Thomas en su decisión de hacer la transición de hombre a mujer. Lia tiene todo el derecho a vivir su vida con autenticidad, pero también reconocemos que, cuando se trata de una competición deportiva, la biología del sexo es una cuestión distinta de la identidad de género de alguien. Biológicamente, Lia tiene una ventaja injusta en la categoría femenina, como lo demuestra su clasificación, que ha pasado del número 462 como hombre al número 1 como mujer”.

También aseguran que “ha sido extremadamente difícil para nosotras ser derrotadas por alguien que compite con ventaja por tener una fuerza, una altura y una capacidad pulmonar propia de los hombres”.

La cuestión de los transgénero se encuentra todavía sin resolver por parte de las federaciones deportivas tanto internacionales como nacionales. El criterio del Comité Olímpico Internacional (COI) fija que los niveles de testosterona, crucial en el desarrollo de la masa muscular, tiene que estar por debajo de los 10 nanomoles por litro de sangre. Siguiendo esta norma compitió en las pruebas de halterofilia de Tokyo 2020 la neozelandesa Laurel Hubard, con las quejas de algunas de sus rivales, pero no logró superar ninguna de las eliminatorias.

Cada disciplina deportiva es un caso distinto, lo que supone un problema. En cuanto al entrenamiento profesional de la natación, este proporciona un desarrollo físico muy concreto que no se puede atenuar después con una rebaja de los niveles de testosterona en sangre. A raíz del caso de Thomas, la US Swimming ha ido más allá que el COI y ha establecido que el límite por litro de sangre sea de cinco nanomoles. Las compañeras de Thomas han aplaudido esta medida y han reclamado que se extienda al resto de las ligas, pero, sobre todo, han insistido en que Lia sea excluida para proteger a las “mujeres biológicas”.

La medida de la federación tiene lugar después de que Lia Thomas batiera el pasado noviembre los récords de la Ivy League en la categoría femenina de las 200 yardas libres, lo que en España conocemos como la prueba de los 220 metros libres.