ENTIERRO MULTITUDINARIO PARA DESPEDIR AL PEQUEÑO RAYAN

Este lunes, 7 de febrero, se ha llevado a cabo el entierro de Rayan, el niño que cayó en un pozo en Marruecos. El joven murió a causa de las heridas sufridas por la caída.

Al funeral han acudido cientos de personas. El accidente de Rayan se había convertido en un suceso muy seguido por la sociedad, no solo la marroquí. Los hechos comienzan el martes, 1 de febrero. Un niño cae en un pozo seco de unos 32 metros de profundidad. La abertura era muy estrecha y de difícil acceso para los servicios de rescate. Los equipos de emergencia estuvieron hasta el viernes suministrándole oxígeno y agua, pero no tenían la certeza de que el niño estuviera recibiendo esos recursos.

El incidente atrajo a mucha gente al lugar de los hechos, una zona montañosa a unos 700m de altitud, cerca de donde vivía el niño. El rescate se estuvo emitiendo en directo durante todos estos días, lo que ayudo a su difusión en redes sociales. El sábado los equipos de emergencia sacaban al joven del pozo y lo trasladaron al Hospital Militar de Rabat, pero ya estaba muerto. La Casa Real marroquí anunció el fallecimiento del pequeño Rayan, dejando consternada a toda la gente que había seguido el suceso.

Muchísimas personalidades se habían hecho eco de la tragedia, incluso el papa Francisco escribió un tweet:

«En medio de tantas malas noticias, hay cosas bellas. Hoy me gustaría mencionar dos: una, en Marruecos, donde todo un pueblo trabajó para salvar un niño, Rayan. Gracias a este pueblo por el testimonio».

Un imán ha recitado una breve plegaria en honor al niño, afirmando que «Rayan estará siempre en nuestros corazones».

Este suceso recuerda mucho a uno vivido aquí en España. En el año 2o19, un niño llamado Julen cayó en un pozo abandonado de más de 100 metros, en una región de Andalucía. Su rescate llevó a los dispositivos de emergencia a realizar una operación de gran envergadura, debido a las dificultades orográficas del terreno. El niño fue rescatado, pero lamentablemente había fallecido.

Estos sucesos sacan a la luz los peligros de los pozos abandonados, ya que cualquier despiste puede conllevar grandes peligros.