Augusto Monterroso, un maestro de las letras

Su obra obtuvo numerosos premios como el Xavier Villlaurrutia de 1975, el Juan Rulfo en 1996 o el Príncipe de Asturias de las Letras en el año 2000, entre otros

Escritor guatemalteco de origen hondureño, Augusto Monterroso, uno de los autores latinoamericanos más reconocidos a nivel internacional. Activista contra la dictadura del momento, fue detenido, tras lo que se exilió a México donde se estableció y desarrolló, prácticamente, toda su vida literaria.

En 1937 Monterroso comenzó su trayectoria en actividades literarias y fundó la Asociación de artistas y escritores jóvenes de Guatemala, conocida como la «Generación del cuarenta». En 1941 publicó sus primeros cuentos en la revista Acento y en el periódico El Imparcial, mientras trabajaba clandestinamente contra la dictadura de Jorge Ubico.

Monterroso «jugó un papel clave durante las revueltas sociales que quitaron de la silla presidencial a Ubico al organizar grupos clandestinos y movilizar la opinión pública desde su columna en el diario El imparcial, uno de los más importantes del país. Al ascenso del general Federico Ponce, Monterroso huyó a México escapando de una persecución policíaca. La embajada de México lo recibió y poco después fue asignado para tomar un cargo diplomático. En 1953 fue llamado por Pablo Neruda para actuar como su secretario en la Gaceta de Chile». Fue años después cuando Monterroso comenzó a escribir y publicar microficciones.

La publicación, en 1959, de Obras completas (y otros cuentos), su primer libro, lo dio a conocer internacionalmente sobre todo por el citado relato, el más breve de la literatura hispanoamericana. La producción literaria de Monterroso fue dirigida casi por completo al cuento y el relato corto, aunque también publicó varios ensayos. Es considerado el autor del minicuento más famoso de la literatura: El dinosaurio.

También cabe destacar, dentro de su trayectoria, La oveja negra y demás fábulas, de 1969; Movimiento perpetuo, de 1972 y las novelas Lo demás es silencio, de 1978; Viaje al centro de la fábula, de 1981; La palabra mágica, de 1983; La letra e: Fragmentos de un diario, de 1987 y la colección de ensayos La vaca, de 1998.

Asimismo, Monterroso también fue condecorado con la Medalla del Águila Azteca en 1988 por su trabajo como diplomático. Este reconocimiento se suma a la lista donde se encuentran los premios Xavier Villaurrutia de novela en 1975, Juan Rulfo en 1996 y el Príncipe de Asturias de las Letras en el año 2000.