Los géneros de juegos donde la música tiene más peso

La música se ha convertido desde tiempos inmemoriales en uno de los compañeros de viaje de cualquier experiencia vinculada al mundo del juego. El recuerdo de las partidas del presente y del pasado se reduce en muchas ocasiones a las bandas sonoras que han ido de la mano de los movimientos de nuestro personaje principal. Ya estemos hablando del primer Pac-Man amarillo o del último título de Final Fantasy, con estilos muy diferentes entre sí, el elemento melódico ha demostrado tener siempre mucha importancia.

La principal función de la ambientación musical en este sector es la de acompañar la vivencia del jugador, siendo así una herramienta para potenciar emociones mientras transcurre la historia o acción. Pero no todas las canciones buscan crear sensaciones agradables y optimistas, pues en sentido contrario encontramos aquellas que llenan de tensión el ambiente, despiertan ternura o incluso provocan cierta impulsividad. De ello dependerá, en gran parte, el género en el que se enmarque la experiencia.

De hecho, a finales del siglo XX, apareció en la industria del videojuego una categoría propia: la musical, como se conocían a las producciones en las que el objetivo del usuario no era otro que ejecutar una obra musical, ya fuera cantando o mediante botones de simuladores de instrumentos. Singstar es en nuestro país el gran referente de este grupo, siendo solo uno de los muchos ejemplos que se llegaron a lanzar. Como no podía ser de otra manera, tenían el ritmo y la cultura musical como principal aspecto destacado.

Estrategia y clásicos

Algo más relajada, buscando invitar a la reflexión y pensamiento, es la apuesta musical de los juegos de estrategia, ahora tan comunes tanto para consolas como para ordenadores y teléfonos móviles. En esta tipología de títulos, se busca que la música acompañe, sin tener un papel muy relevante en toda la trama, y que no entorpezca el proceso que viven los internautas al estar elaborando planes para lograr los objetivos marcados. En los juegos de batalla, se suelen escuchar bandas épicas y alegres.

Por otro lado, ya en el apartado de los juegos más clásicos, podemos encontrarnos con prácticas de antaño, como videojuegos muy longevos e incluso prácticas propias del casino online. En estos portales especializados destaca la presencia de las slots, como se conocen a las máquinas tragamonedas digitales, cuya banda sonora tiene una relevancia muy elevada durante el giro del mecanismo. En definitiva, es la encargada de llenar de intensidad el lanzamiento, al mismo tiempo que refuerza la ambientación temática elegida.

Aventuras y acción

Muchos de los títulos que recientemente han visto la luz responden a los géneros de aventuras y acción, dos de los más comunes y en los que las bandas sonoras cobran mayor importancia. Por su naturaleza, cuentan con momentos de gran épica y emoción y estos no se podrían llegar a entender sin que el audio acompañara a la imagen. En batallas de sagas como Assassin’s Creed, Uncharted o God of War, por poner tres ejemplos con millones de seguidores en todo el mundo, se suele buscar un equilibrio óptimo entre lo que se ve y lo que se oye.

Es seguramente en estas dos categorías donde podemos encontrar una variación más elevada de estilos y, en consecuencia, donde hay mayor riqueza auditiva. Al tratarse de historias, en la mayoría de las ocasiones cambiantes y con altibajos dentro de la trama, pueden producirse instantes de todo tipo: desde las escenas iniciales en las que es importante aportar contexto sonoro para situar la partida, hasta las grandes luchas del final contra los oponentes más fuertes. Durante ese camino, las opciones que se brindan son múltiples.

Los juegos ‘indie’

Terminamos con los juegos ‘indie’ o independientes, un género nacido en el siglo actual y que hace referencia a aquellas producciones que son fruto de un grupo reducido de personas con presupuestos modestos. Estos juegos se caracterizan por la libertad creativa y por tratar de sorprender en aspectos como la jugabilidad y los detalles estéticos, entre ellos, la música. Por ese motivo, se considera como uno de los mejores cuidadores de las bandas sonoras, pues van en busca de la originalidad más absoluta.